Cristiano Iovino, el entrenador personal conocido por publicar entrevistas sobre un supuesto coqueteo con Ilary Blasi, fue atacado la noche del domingo al lunes en Milán por unos desconocidos que llegaron en una furgoneta. El hombre de 37 años, que vive entre Roma y la capital lombarda, aún no ha presentado denuncia. Veamos quién es. En el norte de Roma, pero no sólo, es muy conocido. Entre otras cosas, es un gran admirador de la Lazio. A menudo presente en el Estadio Olímpico para los partidos en casa de los biancocelesti. Una presencia constante especialmente en el pasado. Luego el trabajo y la fama lo distanciaron un poco. Pero la pasión siguió siendo la misma. Entrenador personal, emprendedor pero sobre todo influencer. En su brazo izquierdo, la inscripción “Audere semper” y una calavera con una rosa en la boca: sería el hombre que el ex capitán de los Giallorossi había descrito como “muy alejado de él”, añadiendo “afortunadamente” que tenía una relación con el ex-esposa. Activo entre Roma y Milán. La actividad como influencer Seguir los movimientos de Cristiano es un trabajo: salta de una parte del mundo a otra y su Instagram está repleto de fotos de vacaciones: Indonesia, Ibiza, Mykonos, Lago Como. Al menos eso es lo que pudimos comprobar hasta hace unos meses: Cristiano tenía 55.000 seguidores. luego de estar en el centro de los chismes desactivó su perfil de Instagram. Vida privada También en el ámbito femenino, Cristiano salta a menudo a los honores de la prensa rosa: coqueteó con Giulia De Lellis, Sabrina Ghio y Zoe Cristofori (antes de convertirse en pareja del defensa del Milan Theo Hernandez), pero nadie lo confirmó. . Y ahora también sumamos a la lista a Ilary Blasi, quien lo desmiente. El portero Blasi Cristiano Iovino habló de su historia con Ilary Blasi. Él es el “hombre del café”, ese café que una vez descubierto por Totti (al menos eso dice el presentador de la serie de Netflix) destrozó su matrimonio. “Me sentí culpable durante meses”, confesó Ilary en el documental, para luego descubrir que, según ella, Francesco ya había tenido una relación con Noemí Bocchi. “Si lo hubiera sabido, habría hecho algo más que un café”, es el chiste con el que cierra el documental. La verdad de Ilary es esta: la engañaron, todos lo sabían menos ella y ella nunca engañó al pupone. Pero quien volca las cartas sobre la mesa es precisamente él: el cafetero. Según la versión que Cristiano le dijo a Il Messaggero, habría conocido a Ilary a través de las redes sociales, ese primer Directo fue el comienzo. Luego las reuniones en su casa y a veces en el salón del amigo peluquero Solidani. Ilary también lo invita de vacaciones a Nueva York, pero él declina y parece que en ese viaje la corista conoció a Bastian (su actual pareja). Todo esto según Iovino ocurrió incluso antes de que salieran las fotos de Totti con Noemí.
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