La cura
Solo
★★★★☆
La cura La reputación de misántropos de pelo puntiagudo dio un giro inesperado el año pasado cuando el cantante Roberto Smith fue donde otros artistas temían aventurarse al enfrentarse al Gran Satán que es Maestro de tickets y las “tarifas excesivamente altas” que cobraba por la banda A NOSOTROS recorrido.
Llámalo Oasis al revés, o el raro avistamiento de una brújula moral en un negocio donde el sentido del bien y del mal está demasiado ausente. Eso fue una sorpresa de un artista que rara vez ha sido tan franco (a menos que se trate de su bestia negra, Morrissey). Sin embargo, con Alone, su primer sencillo en 16 años, Smith y su banda vuelven a un territorio más familiar. La canción, que llega antes del lanzamiento el 1 de noviembre de su nuevo álbum, Songs Of A Lost World, es refrescante y sombríamente al estilo de Cure.
Comienza –y continúa por un tiempo– con una cacofonía de guitarras melodramáticas y mareadas. Es la cura de los clásicos festivales de fatalidad como Disintegration y Pornography, una propuesta completamente diferente de los disparatados temas disco indie de The Lovecats y Close to Me.
Teniendo en cuenta la década y media de silencio desde su último disco, está claro que a Smith le gusta tomarse su tiempo, y también Alone, que transcurre durante tres minutos antes de que la voz de Smith, todavía frágil y melancólica, aparezca de golpe. Llega con una letra tan estereotípicamente de Cure como el delineador de ojos negro y el rímel corrido. “Este es el final de cada canción que cantamos”, canta Smith. “El fuego se convirtió en cenizas, las estrellas se oscurecieron con lágrimas”.
Y así sigue, en el mismo ritmo majestuoso y fúnebre, menos un regreso desenfrenado que un reinicio tranquilo de una banda que ha pasado toda su historia orbitando alrededor de temas de nostalgia y aburrimiento y que, a esta altura, no ve ninguna necesidad de romper el guión.
Smith tiene ahora 65 años y, como cualquiera que haya llegado a esa edad, ha pasado por varias cosas. Ha perdido a su hermano y a sus padres en un lapso de tiempo relativamente corto y ha dicho que Songs Of A Lost World está marcado por esas experiencias.
“Está en el lado más oscuro del espectro”, explicó en 2019, hacia el final de las sesiones de grabación. “No es un disco que se deje llevar por la fatalidad y la tristeza. Tiene paisajes sonoros, como Disintegration, supongo. Estaba tratando de crear una paleta amplia, una gran capa de sonido”.
Una “gran oleada de sonido” es la descripción perfecta de Alone, un enorme suspiro doloroso de una canción que, en su oscuridad, brinda un gran consuelo. El mundo ha cambiado y la gente ha muerto o ha seguido adelante, pero The Cure perdura y es muy alegre escucharlos sonar tan reflexivamente miserables como siempre.
[ The Cure’s Robert Smith: ‘I survived. A lot of people in London didn’t’Opens in new window ]
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