Mitchell describe a sus padres como “hippies, de vuelta a los habitantes”. A fines de la década de 1960, su padre, Don, consiguió un contrato para un libro cuando aún era estudiante de Swarthmore, para una novela semiautobiográfica sobre autostop que había escrito llamada “Thumb Tripping”. Vendió los derechos de la película, se mudó a Los Ángeles con su joven esposa, Cheryl, y escribió el guión de una pulposa adaptación cinematográfica de la época de “Easy Rider” de su libro. Cobró a principios de la década de 1970 y usó sus ganancias de Hollywood para comprar una granja de 130 acres en Champlain Valley de Vermont.
Durante la mayor parte de la infancia de Anaïs, toda su familia vivió en la propiedad, incluidos sus abuelos en esa casa de madera que su padre ayudó a construir para ellos. Cheryl se opuso a la televisión, por lo que la joven Anaïs se escabullía a la casa de sus abuelos cada vez que quería mirar; tiene recuerdos cariñosos y extraordinariamente subversivos de las noticias nocturnas con Dan Rather. Montó a caballo, deambuló por el bosque con su hermano mayor y, al igual que su tocaya Anaïs Nin, escribió un diario prolífico.
Encontró esos viejos diarios recientemente en una caja en la casa de sus abuelos, y la experiencia inspiró “Revenant”, una canción sincera impulsada por la guitarra acústica en el nuevo álbum que la encuentra extendiendo una gracia madura a su yo más joven: “De repente Te vi allí, con los ojos llorosos en una silla de madera/ Corrí afuera para ocultar tu rostro en el salvaje encaje de la reina Ana”, canta. “Ven y déjame tenerte en mis brazos / Ven y humedece y calienta mi hombro”.
Mitchell fue a Middlebury College y se mantuvo a sí misma como modelo de figura para las clases de arte. “Siempre me sentí muy cómoda desnuda porque nadie puede vernos aquí, así que todos se bañaban desnudos”, dijo en la granja aislada. Cuando tenía 19 años, uno de esos trabajos condujo al tipo de encuentro lindo que podría aparecer en una comedia con clasificación R: Noah Hahn, un estudiante en una de las clases, resultó ser el hombre con el que se casaría.
Estuvieron bastante separados en los primeros años de su relación, ya que Mitchell estaba pagando sus cuotas en el camino como aspirante a cantautora. Pero, como propone en la oda del nuevo álbum a la musa de un artista, “Bright Star”, a veces la añoranza y la distancia pueden dar frutos inesperados. Conducía sola a casa después de un espectáculo una noche, esperando que Noah la estuviera esperando, cuando la melodía y algunas letras de lo que se convertiría en la primera canción de “Hadestown” le llegaron de la nada:
“Espérame, que vengo, en mis ligas y perlas/ ¿Con qué melodía me trajiste del inframundo malvado?”
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