“Todo lo que diré es que estaba muy feliz y emocionado de estar de vuelta en la carretera. También era muy sensible, y todo lo que sucedía en el mundo le pesaba mucho, por eso se sentía más obligado que nunca a hacer reír a la gente. Él era el querido amigo de todos. Nadie será nunca como Bob”, destacó su viuda de 42 años.
El pasado 14 de enero, más de cien personas, entre amigos y familiares cercanos a Saget, asistieron a su funeral privado y Rizzo contó que muchos de los asistentes se acercaron a ella para decirle que habían hablado con él una semana antes de su muerte.
“¿Cómo tuvo tiempo para hablar con todos y decirles a todos que los amaba todo el tiempo?”, comentó Rizzo, bromeando sobre que eso debe haber sido la razón por la cual el comediante siempre estaba en su teléfono.
“Sabía que era así porque me lo decía 500 veces al día, pero no había una sola persona que dudara de su amor por él”, concluyó. Bob Saget tenía 65 años cuando murió.
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