Asistiendo a un acto organizado por la Asociación de ecuatoriano que preside Isabel Oviedo, en el que intervenían cantantes, la escuchamos por primera vez, ya que por primera vez cantaba en público, en un teatro con un aforo grande, como es el del Xesc Forteza. Sin embargo, viendo lo bien que se desenvolvía, y lo bien que se acoplaba con las dos bailarinas que la acompañaban, daba la impresión de que más que cantante novel era una artista con muchas tablas. Y no solo cantaba muy bien, sino que interpretaba lo que cantaba.
Ginnet, pues así se llama, es de Palma, tiene 22 años, y empezó a los 14 a componer microrrelatos, algunos relacionados con ella, como el de la chica con anorexia que tenía una amiga imaginaria, que la invita a llevar mala vida, en lo que ella, a veces, cae… «Al final del relato descubro que esa amiga es imaginaria, lo cual no significa que en la vida real pueda haber amigas con malas influencias».
Posteriormente, ya en tiempos de la Covid, teniendo 18 años, decide componer canciones, lo cual no le fue mal. «Sí, porque la Covid me obligó a mirar hacia mi interior, y lo que viera en él, a transformarlo en música. Fue algo así como gestionar mi dolor con la música, ya que por entonces mi situación era un tanto complicada en cuanto a lo emocional y mental Y así nació Regress, que supuso un cambio para mi. Y la canto en inglés, pues hablo inglés, y castellano».
Sueña con ser artista
Viéndola actuar aquella tarde en el Xesc Forteza, «la primera vez que actuaba en público –confiesa–, pues salvo ese día, y el de las Bodas de Plata de mi tía, jamás lo había hecho», nos pareció una cantante con experiencia. Es más, tal era la conexión sensual con Abigail y Camila, las dos bailarinas, que nos dio la impresión de que eran lesbianas. «Pues no lo somos –afirma, riéndose–. Aquello que visteis fue como un juego de seducción, una forma de transmitir lo que decía a través de la canción… Aparte de que no se me da mal jugar con lo sexy, con la ropa que llevo, con las luces , con la mirada, con los movimientos del cuerpo y de las manos… Y no lo hago por lucirme, sino porque pienso que todo eso ayuda a expresarme mejor, mientras que el público entiende, también mejor, lo que pretendo, o mejor, pretendemos, trasmitir».
Ginnet, que en la vida real es técnico en emergencias sanitarias, lo cual la obliga a pasarse gran tiempo en una ambulancia, pendiente de una llamada avisando que ha sucedido algo que requiere su presencia, sueña con que algún día será artista, «ya sea de cine, teatro, música o baile… Sí –afirma–, lucharé por conseguirlo, pues eso es lo que me propuesto». ¿Novio? Pues no, «soltera y sin compromiso, y es que si quiero ser lo que pretendo, no puedo tener pareja, ya que debo de estar enfocada en lo que estoy, ahora en la música. Así que, cuantas menos distracciones tenga, mejor. Bueno, sí. Tengo mi trabajo, al que estoy entregada, pero eso no quita que quiera hacer realidad mi sueño».
También es consciente de que vivir en la isla hace que esté muy limitada en cuanto a oportunidades. De ahí que no descarta buscarlas lejos. «Por trabajo estoy dispuesta a ir dónde sea, pero mi casa estará aquí». Mientras tanto, para promocionarse, «estoy haciendo vídeos de mis canciones en Youtube, y… Pues que me tendré que buscar un mánager, o la persona adecuada que me sepa mover, pero… ¿Dónde está esa persona?».
Esa es la cuestión. Dar con ella, porque cualidades, tiene. Tanto en cuanto a voz, a cómo saber comunicarse con el público cuando canta, sin olvidar su espectacular figura y cómo sabe jugar con ella. ¡Ah!, por cierto. Ginnet, canta también bachata, y se sabe mover a ritmo de esta.
Contenedores
La plaza de Comtat de Rosselló, de tener recientemente 16 contenedores de basura, ha pasado a 12, lo cual sigue reduciendo el aparcamiento de motos y bicicletas a la mínima expresión, aparte de que dichos contenedores, al estar en según qué días más que saturados, las bolsas de basuras, al no caber, son depositadas fuera de ellos, sobre la acera. También más de una vez, pueden verse, junto a estas, cristales de botellas rotas. Y en cuanto olores, ya ni les cuento lo insoportables que son. Y… ¿Saben cómo algunos llaman a esta plaza por lo apuntado ? La ‘plaza de los contenedores’ y también ‘plaza de la basura’.
Por cierto, y ya que estamos en la plaza del Comtat del Roselló, nos acordamos de la frase del alcalde Martínez referente a que «los palmesanos deben de vivir en sus casas», pronunciada a raíz de la problemática surgida con los autocaravaneros. Y nos acordamos, porque en la entrada de los aparcamientos de dicha plaza, hay gente que duerme allí a diario. Para evitarlo, han vallado el ‘dormitorio’, pero les ha dado lo mismo: ahora duermen fuera del vallado, rodeados de bolsas.
Y más gente que vive en Palma, pero que tampoco duerme en casa, la pueden encontrar debajo de un centro médico, vecino de la Banca March de Avenidas, del que hablamos hace unas semanas, convertido en dormitorio de sin techos… Y suma y sigue.
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