Telecinco inició su Semana Santa con el estreno de Mental Masters, su nuevo concurso presentado por Carlos Sobera. En él, los famosos se sometían a unas preguntas rápidas metidos en una cápsula de ADDA que se movía en el aire a gran velocidad.
En esta primera entrega los participantes fueron Santiago Segura, Kira Miró, Rosa López, Leticia Dolera, Paco Tous y Eduardo Casanova. El cineasta fue el primero en arrasar con sus ágiles respuestas, para después verse destronado por Tous que acabó cediendo su puesto a Leticia que lo bordó.
“Mi objetivo es hacer el ridículo pero con dignidad” dijo la ganadora que aseguraba que acudía para machacar al resto y lo hizo. Fue la más rápida en responder al mayor número de preguntas de forma correcta, dejando a los compañeros boquiabiertos, hasta con tiempo para hacer bromas entre preguntas y hasta reivindicar a figuras como LalaChus.
Todo ello en un estreno con luces y sombras: fresco por su ritmo rápido y un brazo robótico que ponía el ingrediente diferencial (y divertido) con otros concursos, pero con sabor a gastado por unos invitados ya muy vistos.
Las luces y las sombras del estreno de ‘Mental Masters’
Entre las luces de Mental Masters brilló el impactante plató, la plataforma con voz y la apuesta por rostros como el de Leticia Dolera o Kira Miró que no suelen aparecer entre las famosas invitadas en este tipo de estreno. También estuvo acertada la tipología de preguntas (orientación, orden, conocimiento y memoria) para facilitar desde casa que cada espectador se decantara por sus favoritas.
Mientras que en las sombras del estreno hubo algo que siempre suele llevarse aplausos: la agilidad en un formato. En este caso, empezaron con un Santiago Segura tan rápido que hasta podía llevar a perderse al público o no dejarle jugar con él. Un error ya que, en realidad, cualquier concurso es para que divierta al espectador, por delante de lograr que se luzca el concursante.
Así como también restó puntos la apuesta por rostros ya demasiado repetitivos como el del citado Segura o Eduardo Casanova que, de tanta exposición, imposibilitan la capacidad de sorpresa.
Con todo ello, Telecinco tiene entre manos un formato con capacidad de entretener a una audiencia con ganas de ponerse a prueba, de reírse con (y no de) los invitados y, sobre todo, que acaba a una hora decente.
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