‘Atmosphere 1.0’ (Youkali Music, 23) es un álbum eminentemente instrumental, narrativo, bastante visual y con quiebros que parecen efectos especiales. Surge de un crisol de funk, fusión y progresividad en la estela de David Gilmour (son fundamentales las aportaciones del guitarrista Raül Vera), e incluso se atreve con incursiones fuera de órbita por la new age y el AOR.
Se trata del debut en solitario del bajista de Basauri Rober Caballero, un autodidacta que empezó a los 22 años. En sus pinitos formó parte del grupo de jazz Cartoon Band (ahí coincidió con Javi Alzola, de Los Fitipaldis, y con dos músicos que han grabado el álbum que nos ocupa: el teclista José Luis Canal y el baterista Blas Fernández), y después ha hecho carrera impartiendo clases y tocando con Fito & Fitipaldis, Kepa Junkera, Gontzal Mendibil, Mauri Sanchís Band, la Coral de Bilbao…
Rober Caballero nos atiende desde su hogar en Derio. Al preguntarle de dónde es, añade: «Soy de Basauri y nací el 9 de septiembre de 1964. De madre gallega y padre extremeño. Mi infancia y juventud transcurrieron en el barrio de El Kalero. Vivo en Derio hace unos 16 años, con mi mujer Sofía y mi hija Bego».
– Primero varias preguntas comerciales. ¿Qué tal fue tu experiencia con Fito? ¿Ya daba macroconciertos?
– Con Fito & Fitipaldis hice la gira del segundo disco, ‘Los sueños locos’ (2001), de 90 conciertos, sustituyendo en el bajo a Baxter (el bilbaíno Edu Basterra), y además grabé el disco e hice la gira de ‘Lo más lejos a tu lado’ (2003), de 145 conciertos. En 2005 me sustituyó Candy Caramelo. Trabajar con Fito fue una experiencia muy importante en mi carrera musical. Intensa y muy exigente, a todos los niveles. Fueron giras muy largas con gran nivel de audiencia y repercusión mediática por todo el Estado.
– ¿Qué te pedía Fito como bajista?
– A Fito le gustaba que el bajo trabajara de forma precisa y dentro de la música, con líneas no muy rebuscadas y un sonido clásico de rock and roll.
– También tocaste en la banda de Kepa. ¿Visitaste más mundo que con Fito?
– Kepa Junkera también forma parte importante en mi trayectoria, ya que el suyo es un mundo musical y de moverse muy diferente al de Fito. Con Kepa ya había hecho anteriormente trabajos de encargo para varios de sus proyectos, entre ellos los arreglos del tema ‘Bok Spok’ en el disco ‘Maren’ (2009), y algunos conciertos puntuales. Luego Kepa me contactó para formar parte de su nueva banda entre 2007-2012. Grabé el bajo en el disco ‘Ultramarinos & Coloniales’ (2011). Las giras con él fueron más pequeñas, de 30 a 40 conciertos por año, más de la mitad fuera del Estado.
– ¿Y qué te pedía Kepa como bajista?
– Kepa es muy exigente y sabe bien lo que quiere para su música. El bajo para él es fundamental, pues lo mantiene en su formación de grupo. Le gusta que seas creativo, que tengas recursos para moverte dentro de las canciones.
– ¿Para cuántos músicos tocas ahora?
– Actualmente dedico más tiempo a la grabación y arreglo de discos para otros artistas que a tocar en directo. Acabo de finalizar la grabación del nuevo disco de Malú (la vocalista bilbaína de jazz), y comienzo la grabación de un nuevo disco de un grupo de pop-rock del que no voy a decir el nombre hasta que no esté en el mercado.
– ¿Sigues en la banda de Gontzal Mendibil?
– Por supuesto, mantengo mis giras como bajista de Gontzal Mendibil. Y otra parte de mi tiempo la dedico a la docencia y a seguir trabajando y madurando mi música, que es lo que más me llena ahora mismo.
– Rober, ¿eres un bajista de jazz?
– Bueno, no soy un bajista de jazz, aunque sí conozco el lenguaje y los standards. He profundizado más en otras formas musicales que se acercan más al bajo eléctrico, aunque hace unos pocos años comencé a estudiar el contrabajo como instrumento secundario. Me defino más como un bajista que constantemente intenta buscar su identidad de forma natural. Desde la creatividad y lo personal.
– ¿Cómo aprendiste a tocar el bajo? ¿En conservatorios?
– Soy autodidacta. Me compré un bajo con 22 años y tenía buenos amigos y fantásticos músicos que me ayudaron mucho en mis inicios. A partir de ahí, trabajé el instrumento intensamente por mi cuenta y aproveché las oportunidades que me brindaban mis amigos músicos para tocar con ellos, y así ganar en nivel y experiencia. También tuve la oportunidad de acudir a unos cuantos seminarios y clinics ofrecidos por buenos bajistas.
– ¿Cuáles son tus bajistas o contrabajistas favoritos?
– Todos los bajistas, tanto eléctricos como contrabajistas, que trabajaron bajo la dirección del gran Miles Davis, como Paul Chambers, Ron Carter, Darryl Jones o Marcus Miller. Son referentes en mi trayectoria musical.
– Vaya nivelón…
– Actualmente me gusta mucho lo que hacen Meshell Ndegeocello, Esperanza Spalding, Pino Palladino, Reggie Washington…
– ¿’Atmosphere 1.0′ es tu primer álbum en solitario?
– Sí. Ahora vuelvo a mis orígenes para grabar mi primer disco, ‘Atmosphere 1.0’, que lleva título en inglés porque fonéticamente suena más universal. Me acompañan los mismos músicos que siempre han sido mis amigos y compañeros de profesión. Me conocen perfectamente y han sabido leer, conceptuar e interpretar de manera magistral esta música, con todos los matices que para mí la hacen tan especial.
– Sí, Blas Fernández a la batería, Raül Vera a la guitarra y José Luis Canal a las teclas.
– Han aportado su enorme talento y experiencia para poder concretar aspectos sonoros e interpretativos referentes a sus propios instrumentos que me hubiera resultado imposible alcanzar sin su colaboración.
– Oyendo ‘Atmósfera 1.0’ por primera vez pensé que muchos pasajes parecen de película de ciencia ficción. Y luego leí en la primera frase de la hoja de promoción esta observación tuya: «De las texturas de un universo desconocido e infinito, de sus diferentes capas, luces y colores surge la idea de este disco».
– Efectivamente. Amigos músicos y también oyentes me han comentado que podría ser la banda sonora de una película futurista. Y yo mismo, al crear las imágenes junto a mi mujer, no pude dejar de pensar en esos extraterrestres que aparecen en la portada.
– ¿Te influye David Gilmour (Pink Floyd), aunque sea guitarrista?
– Es un gran músico y artista con una carrera muy interesante. Es muy creativo y me gusta cómo continúa progresando en su manera de hacer música. Es muy conceptual, y combina excelentemente las formas de canción progresiva con la música instrumental. También es muy especial creando armonías y melodías en combinación con sonidos rebuscados que encaja con maestría, lo cual se nota en la producción de sus discos. Como guitarrista merece un 10.
– En tu debut ‘Atmosphere 1.0’ se percibe más progresividad que fusión, con perdón por las etiquetas.
– Mi tendencia natural tiende totalmente al concepto de la progresividad, aunque tengo raíces en la música de fusión. Intento profundizar en la manera de estar fuera de lo que para mí es obvio, creando armonías, ritmos y sonidos menos habituales.
– Fuera de la zona de confort, sí. ¿Cómo has fichado con Youkali, un sello madrileño prestigioso de jazz moderno?
– Me llevó a publicar con esta discográfica la experiencia tan positiva que tuvo Blas Fernández (el baterista de este proyecto de Rober Caballero) con su primer disco, ‘Urbanetniko’ (2015), editado también en Youkali Music y en el que tuve el privilegio de participar.
– ¿Habrá presentaciones en vivo de tu debut en solitario?
– Ahora me toca la tarea que peor se nos da a algunos músicos, que es mover el proyecto. Estoy en ello, recabando información de contactos, etc., para empezar a moverlo. Y a esperar a que dé frutos de cara al 2024.
– Vaya…
– Actualmente estoy muy centrado en preparar bien el directo de este disco. Pensando en la formación de músicos más adecuada y completando el repertorio, ya que el disco dura media hora. Estoy trabajando en nuevos temas de autor. Quiero que el repertorio esté bien enlazado y tenga coherencia.
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