LAS VEGAS (AP) — La Corte Suprema de Nevada confirmó las conclusiones de un jurado de que el ilusionista David Copperfield y el hotel-casino MGM Grand no fueron financieramente responsables de las lesiones de un turista británico durante un acto de desaparición en un espectáculo del Strip de Las Vegas en 2013.
Gavin Cox y su esposa, Minh-Hahn Cox, alegaron que el mago multimillonario, el hotel, dos entidades comerciales de Copperfield y una empresa de construcción que estaba renovando el hotel le causaron lesiones cerebrales permanentes a Cox cuando se cayó mientras participaba en el truco como un miembro de la audiencia elegido al azar.
En un veredicto complejo alcanzado en mayo de 2018 después de varias semanas de testimonio, el jurado encontró a Copperfield, el hotel y la compañía de Copperfield, Backstage Disappearing Inc., negligentes pero no responsables civilmente por la caída de Cox.
Cox había buscado cientos de miles de dólares en costos médicos y daños, pero los miembros del jurado lo encontraron responsable de sus propias lesiones y no recibió dinero.
Brian Harris, abogado de la pareja, señaló el viernes que la corte se dividió 5-2 en su fallo emitido el jueves.
“Si la opinión disidente hubiera sido compartida por la mayoría, nuestros clientes estarían buscando un nuevo juicio”, dijo Harris. “Estamos decepcionados de que no tendremos esa oportunidad”.
Cinco jueces rechazaron el argumento de Harris de que el juez de primera instancia no debería haber permitido que los abogados del hotel mostraran al jurado videos de vigilancia de Cox caminando con aparente facilidad hacia el tribunal con su perro con correa.
En la sala del tribunal, los miembros del jurado vieron a Cox ayudado a subir al banquillo de los testigos por su abogado u oficiales del tribunal. Testificó que necesitaba ayuda cuando no estaba en la corte.
La ilusión de Copperfield, apodada “la evasión” por los tramoyistas, pareció hacer que hasta 13 voluntarios de la audiencia desaparecieran en el escenario y reaparecieran momentos después en la parte trasera del teatro.
El jurado escuchó que en menos de 90 segundos, tramoyistas con linternas condujeron a los miembros de la audiencia fuera del escenario a través de cortinas oscuras, por pasillos, al aire libre y luego adentro a través de una cocina para volver a ingresar al teatro para el final del espectáculo.
En el juicio, el abogado de Cox le dijo al jurado que los trabajos de renovación del hotel habían dejado polvo de construcción cubriendo un callejón por el que corría el grupo.
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