Además de los enigmas que envuelven al resto de mortales desde la noche de los tiempos, la cantante, música y compositora
Paula Koops
(Madrid, 1998) cuenta con
dos misterios más por descifrar. «El padre de mi abuela, que era de Huelva, fue cantaor de un rey, pero no sé bien la historia. ¡Me enteraré!». La otra incógnita es el origen de su apellido artístico.
¿Desciende de un cónsul de Baviera en Granada llamado así, según figura en un almanaque del gotha? «No, para nada.
Es un secreto. No creo que lo desvele nunca. Bueno, quizás algún día», responde, dulce y, a la vez, críptica, con una gran sonrisa y unos poderosos ojos.
Los mismos que la llevaron de pequeña a ser un reclamo para las
agencias que reclutan a niños modelos. «Mis padres siempre decían que no a esas propuestas. Incluso cuando yo les pedía ir a algún concurso musical. Me respondían que, cuando terminara mis estudios, podría decidir por mí misma». Y así fue.
Para conseguir su propósito, esta joven de 25 años,
cuyo referente es Hannah Montana, se formó en ADE y Marketing en Leeds (Inglaterra) y, cuando finalizó, trabajó en una oficina como contable. Todo cambió en 2020. Ese año, subió varios temas que ella misma compone –«canto al desamor porque me gusta indagar en lo que me duele», aunque tiene pareja desde hace tiempo– y, poco a poco, se viralizaron en TikTok.
«Los próximos cantantes van a salir de ahí», asegura, agradecida por
el impulso que las redes sociales han supuesto en su carrera. Antes del verano de 2023, firmó un contrato con la discográfica Universal y dejó su puesto en la oficina. Desde entonces, está volcada en cuerpo y alma en lo que siempre fue su pasión. «Supuso un punto de inflexión. ¡Di mi primer concierto en el Teatro Barceló de Madrid! Hicimos sold out. Eran más de 800 personas… ¡cantando conmigo!».
Sin embargo, Paula Koops se encuentra en el inicio de su propio laberinto: está a punto de lanzar
su primer álbum, Motel, y sabe que no será una tarea sencilla. «Este mundo es difícil, pero estoy trabajando mucho. Mi sueño es llenar estadios y hacer una gira por Sudamérica. ¡Ojalá!».
Cuando estudiaba, sacó matrícula de honor en Filosofía. Quizás, todo lo que aprendió le sirva para despejar la verdadera incógnita a la que se enfrentan los artistas noveles:
¿a qué sabe el éxito? Pronto lo sabrá.
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