La campanada de la primera semifinal del Benidorm Fest la dio Lucas Bun, el artista más difícil de describir de los ocho participantes: clásico y vanguardista, voz de filigrana y arrebato, con raíces que miran al bolero y al flamenco, cautivado a su vez por el minimalismo electrónico. Este cantante y compositor barcelonés de voz dotada e intrigante presencia escénica se ganó contra pronóstico el salto a la final del sábado, en la que rivalizará con los otros siete finalistas (la mallorquina Daniela Blasco, la gaditana Lachispa, la murciana Kuve y los cuatro que salgan de la otra semifinal, este jueves) por una plaza en el Festival de Eurovisión, el 17 de mayo en Basilea.
Su canción, ‘Te escribo en el cielo’, conmovió con su delicadeza melódica, su sentido ‘crescendo’ y esos versos que aluden a una ausencia que resulta ser muy concreta y cercana: la de su madre, Elisabeth, fallecida a los 63 años en octubre de 2023. Es, sin rodeos, “una pieza sobre echar de menos a alguien que amas y que es tu vida”, y también se puede entender de un modo más genérico, “como una canción de amor perdido, con su punto de ‘torch song’”, explica el cancionista y periodista de este diario Luis Troquel, partícipe del tema como coautor (del texto), junto al propio Bun y su productor, Pau Aymí. “Una canción vocalmente muy exigente, que pide un esfuerzo”.
Sin mánager ni discográfica
Bun causó impacto en los ensayos previos a la gala y el tema resultó ganador del ‘press poll’, la encuesta elaborada por la prensa. Luego, logró hacerse con un lugar pese a su delicadeza y su austeridad escénica, en contraste con los generalmente estridentes estándares festivaleros. Antes de este debut en el Benidorm Fest, Lucas Bun nunca había tenido en mente participar en un proceso como este, “pero si algo le empujó a probarlo fue pensar que Salvador Sobral había ganado anteriormente Eurovisión”, explica Luis Troquel, que estos días, dado que Bun no tiene mánager ni discográfica, se ha visto implicado en la promoción de su carrera por amistad.
Los lectores de EL PERIÓDICO sabrán de Lucas Bun porque fue el cantante invitado a la gala del Català de l’Any 2022, en la sala Oval del MNAC (que ganó John Hoffman, impulsor del Mobile World Congress). Ultimaba entonces su primer álbum, ‘Por empezar’, que apareció en febrero de 2023, y ahora prepara el segundo, que estará consagrado al bolero, incluyendo clásicos del género, con arreglos electrónicos y tratamientos experimentales. Pau Aymí, productor que ha trabajado con cantantes como Amaia y Maria Hein, está detrás de este trabajo desde su estudio en Castelldefels.
Lucas Bondia, ese es su apellido real, adaptó el ‘bun’ (moño en inglés) por la melena que en otros tiempos solía recogerse (no fue así en Benidorm). Tiene un ilustre pasado como jinete juvenil profesional (llegó a ganar el Campeonato de España), si bien el piano, y la música, se interpusieron. Cursó estudios en L’Aula y en Berklee (Boston) y publicó su primera canción, ‘Caída del cielo’, de la mano del productor colombiano Julio Reyes Copello (ganador de un Latin Grammy). En 2022 mostró su heterodoxia natural y su intensidad como figura de escenario en el Mercat de Música Viva de Vic, mezclando la guitarra clásica y el ‘beat’ electrónico, y citando a Armando Manzanero y Lole y Manuel. Propuesta distanciada de las tendencias comerciales, admite, sin ver en eso un obstáculo fatal: afirmaba Lucas Bun, hace dos años a este diario, que “lo diferente y original siempre acaba encontrando el camino”.
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