Si la música de Frederic Chopin puede describirse como una tarta de manzana con nata montada encima, la de Franz Liszt tendría un sabor picante, la de Johann Sebastian Bach podría compararse con un buen pan y la de Ludwig van Beethoven sería un codillo de cerdo guisado. La paella o el borscht ruso también serían geniales.
Así es como el pianista Lang Lang presentó a los compositores clásicos que aprecia ante un público de todas las edades y condiciones sociales en Beijing el 25 de enero.
Llevar una dieta equilibrada y estar abiertos a todo tipo de música, sugiere el músico, muy conocido en China.
En los últimos años, este hombre de 41 años ha estado promoviendo con entusiasmo la música clásica entre un público más amplio. Él cree que este diverso género se puede disfrutar de múltiples maneras, ya sea como música de fondo en el trabajo o en un viaje en metro, como una forma de animarse cuando se siente triste, o como un intenso festín auditivo y visual en las salas de conciertos.
Como estaba hablando ante una multitud de legos, Lang evitó usar vocabulario técnico pero respondió a la pregunta abstracta (cómo expresa música que es tan rigurosa en su estructura en su propio estilo) con una explicación concreta y visual. Es decir, analizando las partituras manuscritas de los compositores.
Por ejemplo, dice que Beethoven compuso de manera autoritaria, delineando las cosas claramente y en detalle como una serie de leyes a seguir. Pero la gente también puede sentir lo que él quería cuando ven sus alocados garabatos anotados para un segmento listo.
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